El día que conocí a Gema y Guillermo vi mucha alegría en sus caras, y se podía comprobar a simple vista que estaban disfrutando de los preparativos.
Al mismo tiempo estaban nerviosos; sobre todo Gema, que tenía alguna que otra sorpresa para Guillermo y no quería descuidar nada. Se notaba que tenían todo muy bien preparado.
Se trataba de detalles que a simple vista pueden pasar desapercibidos, pero que en general estaban preparados por ellos mismos, lo cual tiene más mérito todavía por la dedicación “extra” invertida. Llegaron a preparar detalles personalizados para la mesa en la que nos sentábamos los fotógrafos; todo un “detallazo” por el que estoy muy agradecido.
Unos novios fantásticos, que lo dieron todo el día de su boda y nos hicieron disfrutar muchísimo.
Fotógrafos: Víctor Magallón y Marta Monreal
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