Que unos novios te pidan un reportaje de preboda en Pamplona, es digno de celebración. Y es que se trata de la ciudad natal de Helena, la novia, y le hacía especial ilusión que el escenario de sus fotos fuese ese, la ciudad donde nació y vivió su niñez.
Nunca había visitado Pamplona; sus inconfundibles y acogedoras calles, esas que todos hemos visto por televisión en los encierros de San Fermín, su famosa plaza de toros y su impresionante fortaleza renacentista “La Ciudadela” (repleta de infinitos jardines), te dejan con la boca abierta. Mientras, los novios disfrutaban de lo lindo, recordando y paseando por las calles y lugares que Helena frecuentaba de pequeña, y que, por supuesto, seguían recorriendo una vez se conocieron.
Me veo obligado a mencionar que, una vez acabado el reportaje, tal y como Javier venía anunciando, nos permitimos también disfrutar de la gastronomía de la ciudad, unos magníficos pintxos en la zona típica; merecida recompensa que nos llenó el estomago a base de bien.
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